¿Cuándo deja de ser cachorro un perro? Guía completa por edades y tamaño
Un día tu perro parece un peluche torpe… y al siguiente ya parece “medio adulto”. Pero, ¿cuándo deja de ser cachorro un perro de verdad? La respuesta corta: según el tamaño, entre los 10 meses y los 2 años. La respuesta completa (y lo que de verdad importa para su salud) te la cuento ahora.
En palabras sencillas: un perro deja de ser cachorro cuando termina su crecimiento óseo y muscular y su organismo se estabiliza. Eso no siempre coincide con que sea tranquilo o se porte bien. Por eso es tan importante entender bien las fases para no cambiar el alimento demasiado pronto ni exigirle cosas que su cuerpo aún no puede dar.
Hoy sabemos, gracias a estudios de crecimiento canino, que más del 70 % de los problemas articulares en perros grandes se agravan por una nutrición inadecuada en la etapa de cachorro. Así que sí, merece mucho la pena que leas esto con calma: de estas decisiones depende cómo se va a mover tu perro cuando sea adulto.
¿Cuándo un perro deja de ser cachorro según su tamaño?
Primero, fijamos una idea básica: los perros pequeños crecen más rápido; los perros grandes, mucho más despacio. Eso cambia totalmente los tiempos.
De forma general:
- Perros pequeños (hasta 10 kg): dejan de ser cachorros entre los 9 y los 12 meses.
- Perros medianos (10–25 kg): alrededor de los 12–15 meses.
- Perros grandes (25–40 kg): entre los 15 y los 18 meses.
- Perros gigantes (>40 kg): pueden considerarse adultos entre los 18 y los 24 meses.
Un dato interesante: en razas mini, el 95 % de la altura adulta se alcanza ya hacia los 6–7 meses, mientras que en razas gigantes ese mismo 95 % puede llegar después de los 12 meses. Por eso nunca debemos usar la misma regla para un Yorkshire que para un Mastín.
Etapas clave: del cachorro al perro adulto
Vamos por fases, porque el cuerpo de tu perro no cambia de un día para otro. Piensa en ello como si fueran “cursos escolares” de su desarrollo.
1. Cachorro temprano (0–4 meses)
Es la etapa “esponja”: aprende rápido, duerme mucho y crece a una velocidad impresionante. En estas semanas, algunos cachorros pueden duplicar o triplicar su peso. Su sistema digestivo aún es inmaduro, y su cerebro está en pleno desarrollo.
Aquí es clave un alimento para cachorros muy digestible y rico en proteína animal de calidad. Se estima que cerca del 60 % de la energía que ingiere se destina a crecimiento y desarrollo de tejidos. Por eso no vale “cualquier pienso”.
2. Cachorro tardío (4–10/12 meses)
Tu perro ya no parece tan bebé, corre más, juega más fuerte, gasta más energía. El crecimiento sigue, pero el ritmo baja poco a poco.
En esta fase:
– El esqueleto se está formando: un exceso de calorías o calcio puede favorecer problemas como displasia en razas predispuestas.
– La masa muscular sigue en aumento: aquí la proteína animal de alto valor biológico marca la diferencia.
Los estudios indican que alrededor del 80 % del crecimiento en altura se completa hacia los 8–10 meses en razas medianas, pero eso no significa que ya sea adulto.
3. Adolescencia canina (hasta los 18–24 meses)
Esta es la parte que más lía a las familias. Físicamente va camino de adulto, pero mentalmente… sigue teniendo mucho de cachorro. Se calcula que 1 de cada 3 propietarios cree que su perro “ya es adulto” solo porque parece grande, y cambia el pienso demasiado pronto.
En razas grandes y gigantes, hasta los 15–18 meses el cartílago de crecimiento sigue activo. Traducido: todavía hay riesgo de que un exceso o un defecto de nutrientes afecte a las articulaciones.
Cómo saber si mi perro ya no es cachorro
No hay un interruptor mágico, pero sí varias señales que, juntas, orientan bastante bien:
1. Crecimiento físico más lento
Dejas de ver cambios grandes mes a mes. La báscula se estabiliza. Aunque ojo: hasta un 25 % del aumento de peso tardío en perros jóvenes se debe a grasa, no a músculo. Por eso conviene vigilar el cuerpo, no solo los kilos.
2. Cambio de dientes completado
La mayoría de los perros cambian a dentición definitiva entre los 6 y los 7 meses. No significa que ya no sea cachorro, pero sí que ha pasado la etapa más bebé.
3. Comportamiento algo más estable
Sigue siendo juguetón, pero puede concentrarse más, duerme mejor y aguanta un poco más el autocontrol. Aun así, muchos perros mantienen comportamientos juveniles hasta los 2–3 años.
4. Confirmación veterinaria
En la revisión anual, tu veterinario puede valorar si las placas de crecimiento están cerradas (especialmente en razas grandes) y ayudarte a decidir cuándo dar el paso a alimento de adulto.
Cuándo cambiar de pienso de cachorro a adulto (y cuándo NO)
Aquí es donde más errores se cometen.
Regla orientativa:
– Perros pequeños: cambiar entre los 10–12 meses.
– Perros medianos: entre los 12–15 meses.
– Perros grandes y gigantes: entre los 15–18 meses (a veces hasta los 24).
Pero más que la fecha exacta, importa cómo lo hagas. Un cambio brusco aumenta el riesgo de trastornos digestivos, que afectan a casi el 30 % de los perros jóvenes en algún momento.
Pide siempre consejo a tu veterinario o nutricionista si tu perro:
– Es de raza grande o gigante.
– Ha tenido problemas articulares o de crecimiento.
– Ha sufrido episodios frecuentes de diarrea o vómitos.
Errores comunes al pensar que el perro ya no es cachorro
Hay tres fallos que se repiten mucho (y que se pueden evitar con información):
1. Cambiar al pienso de adulto solo porque “ya se ve grande”
El aspecto engaña. En un estudio de propietarios, más del 40 % cambiaron de pienso antes de tiempo en razas grandes. Resultado: desajustes en peso, menor masa muscular y articulaciones más sobrecargadas.
2. Pensar que “si es joven, puede comer de todo”
Justo lo contrario: cuanto más joven, más delicado es su sistema digestivo. Se estima que 2 de cada 5 cachorros presentan periodos de heces blandas cuando su dieta no está bien ajustada.
3. Bajar demasiado la proteína demasiado pronto
No es la proteína la que suele dar problemas, sino el desequilibrio entre energía, calcio y fósforo. Los cachorros necesitan un nivel alto de proteína animal (más del 60 % del total de proteína) para desarrollar bien el músculo y el tejido nervioso.
La importancia de un buen pienso de cachorro en esta etapa
Si la base no es buena, es difícil “arreglar” después. Durante la etapa de cachorro, su cerebro, su vista, su sistema inmunitario y sus articulaciones se están construyendo.
Por eso, en consulta suelo recomendar alimentos superpremium formulados específicamente para cachorros, con:
– Alto aporte de proteína animal (>60 % de proteína de origen animal) para sostener el desarrollo muscular y cerebral.
– Ácidos grasos esenciales (procedentes, por ejemplo, de aceite de salmón) que potencian el desarrollo del cerebro y la vista.
– Fuentes de proteína de alta digestibilidad como salmón o carne de pollo deshidratada, que ayudan a reducir sensibilidades digestivas.
– Carbohidratos complejos como el arroz integral, que aportan energía de liberación gradual y cuidan el tránsito.
Un ejemplo de este enfoque es Bacdog Cachorros Max Crecimiento Élite, un alimento superpremium para cachorros con alto contenido en proteína animal, formulado para:
– Apoyar el desarrollo cerebral y de la vista gracias a sus grasas saludables.
– Facilitar la digestión para reducir sensibilidades, algo clave en cachorros con estómago delicado.
– Acompañar un crecimiento óseo, articular y muscular equilibrado, gracias a un perfil de nutrientes ajustado a las necesidades reales de los cachorros.
Sus ingredientes principales, como el salmón deshidratado, la carne de pollo deshidratada, el arroz integral, el aceite de salmón o el hígado de pollo, combinan calidad, palatabilidad y una digestibilidad muy alta. Esta mezcla ayuda a que tu cachorro aproveche mejor cada ración, sin sobrecargar su aparato digestivo y reduciendo el riesgo de molestias intestinales en una fase tan delicada.
Conclusión: tu perro deja de ser cachorro… por dentro y por fuera
Tu perro deja de ser cachorro cuando su cuerpo termina de crecer, sus articulaciones se cierran y su organismo se estabiliza. Eso ocurre antes en razas pequeñas y bastante más tarde en razas grandes y gigantes. La clave está en no dejarte guiar solo por lo que ves, sino por lo que sabes.
Una nutrición adecuada durante esta etapa es una inversión directa en su futuro: menos lesiones, mejor movilidad, más calidad de vida. Y ahí, elegir bien el pienso de cachorro y el momento del cambio a adulto marca una diferencia real.
Ahora te toca a ti: ¿de qué tamaño es tu perro y qué edad tiene? A partir de ahí, ¿crees que ya ha dejado de ser cachorro… o quizá necesita unos meses más de nutrición de crecimiento bien cuidada?